¿Por qué tenemos miedo de admitir que sufrimos de depresión y trastornos mentales?
Incluso hoy en día, es difícil admitir que se sufre de depresión u otros problemas relacionados con la esfera emocional. Hoy sabremos porque.
La modestia, la vergüenza, la sensación de insuficiencia, a menudo aquellos que sufren de un trastorno mental también se encuentran luchando con estos sentimientos. No es fácil admitir sufrir angustia emocional, buscar ayuda para salir de ella, aún existe un estigma que persiste alrededor de la salud mental y de quienes la padecen, como si fuera un capricho, algo que se puede solucionar con simples fuerza de voluntad. “ Los trastornos mentales no deben vivirse con vergüenza, pero debemos entender que pueden ser parte de nuestro camino de vida. Basta pensar que incluso antes de la pandemia, una de cada tres personas tenía un problema psicológico”, explica un experto.
Profesor, en estos días, debido a un mal episodio que pasó durante Gran Hermano Vip, se habla mucho de depresión. Pero, ¿cuáles son los signos típicos de esta patología?
Haciendo un discurso general se puede decir que el síntoma más evidente es un cambio significativo en el estado de ánimo y en la forma de ver las cosas en un sentido negativo. Sin embargo, hay que decir que el término depresión es genérico y puede referirse a situaciones muy diferentes en cuanto a la gravedad y expresión de los síntomas.
Pero, ¿puede ser difícil de reconocer? ¿Es necesario ser especialmente empáticos para darnos cuenta si una persona cercana a nosotros la padece?
Reconocerlo no siempre es fácil debido a las diferentes formas del trastorno. Está claro que para un diagnóstico es necesario confiar en un especialista, médico o psicólogo. Las personas empáticas miran más de cerca y también los familiares o personas con las que tenemos una relación afectiva, aunque no sea un hecho generalizable.
¿Cuáles son las terapias por las que pasan los enfermos de este problema?
Las guías basadas en la evidencia indican la intervención psicoterapéutica para las formas más comunes, a veces combinada con el tratamiento farmacológico. Obviamente, la elección depende del tipo de trastorno y de las características específicas de la persona, incluidas sus preferencias. Tenemos en cuenta que muchas situaciones en las que hay malestar pero aún no una verdadera depresión clínica, también las intervenciones de asesoramiento y apoyo psicológico pueden ser importantes y prevenir situaciones más graves.
Más allá de la ayuda profesional, ciertamente necesaria e indispensable para quienes padecen este tipo de patología, ¿qué pueden hacer las personas de su entorno para ser de apoyo a quienes se enfrentan a esta enfermedad?
Creo que es importante la visión cultural de que todos, ante las dificultades o hechos o situaciones particulares, pueden desarrollar desde malestares hasta verdaderos disturbios. No hay que dramatizar ni siquiera negar o banalizar sino afrontar con realismo, cuidarnos. Recordemos que la mayoría de estos problemas son absolutamente solucionables y podemos salir de ellos teniendo una experiencia de crecimiento.
¿Qué es lo que absolutamente no se debe decir o hacer?
Creo que la respuesta es obvia: el respeto por el otro es el fundamento de toda relación y convivencia humana. Más aún cuando el otro tiene problemas de salud, ya sean físicos o mentales.
En los últimos años se está trabajando mucho para concienciar sobre la importancia de la salud mental. Y este mal episodio de la televisión durante el Gran Hermano Vip, en cambio, ha puesto de manifiesto hasta qué punto las enfermedades mentales, y en particular la depresión, siguen siendo estigmatizadas.
No conozco la situación específica y no tengo la costumbre de comentar eventos televisivos. Podemos recordar que el mundo del entretenimiento o las redes sociales son un amplificador y muchas veces se prestan a situaciones exageradas y deformantes, también como estrategia de audiencia. Creo que los medios de comunicación tienen una responsabilidad importante en la evolución de la sensibilidad hacia estos problemas, también aportando información correcta, cultura, evitando espectacularizar las formas de malestar.
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